De nada vale correr, si en la meta no hay nada.

De nada vale correr si en la meta no hay nada.

Erase una vez que en un pueblo compartían sus ratos dos amigas; una pasiva, la otra inquieta, la pasiva cosía y cosía, la otra corría y corría a la llamada de sus amigas; la primera ganaba su sustento, la otra perdía su tiempo acudiendo a las llamadas o a visitas sin fruto, vacías de interés económico, hasta que un día, la que cosía le dijo a su amiga; ayúdame a terminar estos trabajos que yo te pago lo mismo que cobro; pero ésta contestó: que va, no puedo, si no paro, ¿de dónde saco el tiempo?, y la costurera le dijo: no tienes que sacarlo de ninguna parte, te basta con dejarlo ir solo y sentarte a coser; entonces  se  levantó, se fue y no ha vuelto; ahora a la costurera le alcanza el tiempo, pues ha recuperado para sí, aquel que su amiga le quitaba.
De nada sirve correr mucho si en la meta no hay nada.


Jecego. 02/10/17.

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