Te veo como un largo río
siempre corriente abajo,
como ese viento que sin
detenerse
se pierde:
entre el norte y el sur
entre el este y el oeste,
siempre abriendo caminos
hasta que la roca lo
detiene;
eres arena en el desierto
espuma y niebla en el
agua,
ante mis ojos tenebroso
ruido
y rechinar de madera en la
ventana;
fuerza de máquina en la
vela,
en el molino veleta sobre sí
mismo,
y en el pelo, maraña
buscando caminos
en una selva intrincada;
si te viera como amigo
otro gallo me cantara;
pero te veo alejarte con
mi agua
a derramarla en las arenas
de mi playa;
creo que solo eres un
camino
por donde corre el agua
perdida
al mar de tus labios
encendidos
a apagar su luz en el
agua.
Jecego. 02/08/17.
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