La lluvia que no llegó.
Hoy se le escapó al sol
una lágrima,
una lágrima rota en mil
pedazos,
rocío sobre mi pelo
llovizna sobre mis manos;
sobre mi pecho, amargura
y un oscuro silencio a mi
lado
que me habla sin hablarme
y escuchó su voz en la
lluvia;
mi pelo que esperaba mojarse
volvió seco a su refugio.
Pero ya no importa que llueva o no,
todo depende de una lágrima solitaria,
los árboles lloran por conseguirla
pero ella es esquiva y se guarda;
en una brizna de nube y viento
más allá de Anaga, fuente de su magia
entre ramas verdes que le adoran
y un cielo azul que se calla.
Jecego. 20/07/17.
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