Vengo de la noche profunda.

Vengo de la noche profunda
donde el silencio se hace abismo,
donde la memoria se hace gris o nada
y la palabra, voz muda, dormida.

Allá no hay verdad ni mentira
allí solo el silencio habla;
nadie llama a nadie, todo es una bruma
que en el silencio de la  noche se respira.

Allá no hay vida ni esperanza
todo es silencio u olvido;
no hay momentos, sino tiempo
con la verdad escrito en la cara.

Allá todo es amor infinito
que se respira en cada palabra;
un sol radiante para todos dormido
donde se esconden las palabras;
que nunca vieron la luz del sol
y no pude ver su cara.

Vengo de un lugar sin nombre
seguramente una playa;
donde la ola deja su espuma gris
porque se ocultó, la espuma blanca;

se quebró la ola, olvidó su idioma,
y se confundieron las palabras
en la revoltura de un agua extraña
mezcolanza de dos aguas.


Jecego.

1 comentario:

Katy dijo...

Muy bello. Podría decirse de alguien que está en la oscuridad a causa de su leve demencia.
Bss