Que lejos ayer de hoy.
Que lejos está ayer de hoy decía un río en su camino al mar;
que lejos está el cantar de las orillas, del canto profundo del llorar;
que lejos la vida y próxima la muerte, pensaba, cuando caía en cascada, y veía la roca que le esperaba allá abajo, en el mar;
ya veía su mortaja de espuma blanca, sobre el azul del agua, su espejo, su cuna y silencio;
nunca más me oiré en mi camino, porque se acabó mi andar;
nunca más me oiré pensaba, cuando dejó de pensar.
La vida es solo un momento dijo a la espuma, mientras se desnudaba para hacerse silenciosa memoria en el agua.
Jecego. 28 de febrero del 17.
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