Gracias paalabra por ser fiel a tu memoria.

Gracias palabra por ser fiel a tu memoria.

Un viejo poeta cansado de mirar a su  alrededor, al mar, a la montaña y al río de palabras que pasaban por su mente, se fue una tarde al campo, y sobre las hojas secas de una higuera se recostó mirando al cielo y dibujó un enorme mapa de constelaciones y estrellas poniéndoles nombres nuevos a cada una que iba descubriendo de acuerdo con las figuras que imaginaba entre las ramas secas de la higuera; eran tantas las figuras y las estrellas imaginadas que se convirtió en un juego de imágenes y palabras que pasaban tan deprisa que creyó que estaba en su casa escribiendo, porque las figuras como las palabras le hacían caer en un profundo sueño, y soñaba, pero en sus sueños no encontró poemas, sino juegos amorosos entre unas estrellas y otras que ocultaban sus rostros para que no les conocieran sus vecinas lejanas; así se fueron formando grupos entrañables que les definieron como amigas compañeras o constelaciones, cada una hacía lo que podía, y las otras guardaban su secreto, hacían de guardianas y disfrutaban como locas de sus amoríos; las estrellas fueron envejeciendo y rompiéndose los lazos que les ataban y separándose a orillas del camino para ver pasar a las estrellas nuevas que les reemplazan; ahora se mandan mensajes de memoria, de recuerdos con la poca luz que aún les queda, recordando cuando se encontraban en su apogeo y un solo sol acariciaba a varias.
La memoria solo termina cuando llega la noche de los sueños, porque la vida, también es un sueño. Mi estrella favorita, la que me quita el sueño, está encima de mí y se llama memoria, ya cubierta por una nube blanca de recuerdos ocultos en el tiempo.


Jecego.

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