Al acabar el año toca
recordar.
Y acude a mi memoria una
luz
que dejó en mi una huella
indeleble,
una luz intensa,
penetrante, azul,
que se quedó en mi para
siempre;
yo era un hombre perdido
en el silencio,
tú, una preciosa rosa,
imponente;
nos besamos en la cara y
en la frente
y despedimos mirándonos a
la cara silentes;
luego pensamos que mejor
sería irnos
uno dentro del otro en una
sola piel,
nos volvimos y besamos
ardientemente
hasta que nos unimos en un
cuerpo solo.
Creo que era fin de año, un año tal
vez….
Cuando se juntaron el 15,
con el 16.
Jecego
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