Una rosa hablaba a sus congéneres.

Una rosa hablaba a sus congénere



No me importa morir, no entristecer por mi,
hacedlo por vosotras mismas
que también moriréis como yo, abandonada
porque una rosa marchita, no es nada.

La rosa primera se sentía mayor
y capacitada para dar consejos a sus hermanas;
pero ella no pensaba, no sabía, que todo
estaba marcado por el tiempo, incluida ella
porque nunca supo que nació sin alma.

La rosa solo es hermosa en el rosal
o en el pecho de una dama;
su vida es muy corta:
quizás más breve que una semana;
pero su belleza es tal, y su perfume embriagador
que llena de amor a los ojos y deja huella en el corazón;
por eso se da prisa en morir la rosa
porque da en pocas horas
todo lo que tiene: su belleza y su aroma
y deja en el corazón enamorado
aquel color y perfume tan suyo… a rosa,
a cambio de nada……

Por eso me gustan las rosas…….


Jecego.

2 comentarios:

Ilesin dijo...

Mi querido Isidro, la belleza es efímera en todas partes, pero cuando la observamos nos alimenta el alma y alegra el corazón.
Besos

Unknown dijo...

Amiga Ilesin, solo entiendo la belleza del alma, la que se siente, la que perdura en el pensamiento; aquella que solo entra por los ojos, como tu dices, es efímera, y solo dura lo que dura la luz de una mirada. Un abrazo miga por compartir. Un abrazo y felices días.
Jecego.