Madre, tu eres el sueño de la tierra
y la flor mas hermosa nacida en ella;
hasta las rosas te llaman hermana bella
y luces entre ellas, frágil y primorosa.
Madre, con la que siempre he soñado
con la que siempre he vivido,
quiero que mis hijos te conozcan y sepan
que no hay nada como una madre;
por lo menos como mi madre
hija del cielo y de un Dios concebido.
Madre, que tienes la gracia del cielo
que eres mujer, rosa, agua, sol y aire,
además de mi madre, eres amor y consuelo;
en esa cuna donde meces ahora como abuela
a tus nietos, derramando tu amor como hija y como madre;
también un cielo en mi vida eres tú, rosa, agua sol y madre...
Jecego.
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