Ya amaneció.

Aún estoy dormido
y siguen en mi mente,
apareciendo imágenes disfrazadas.


La pared se acerca a mí
la noche abre la ventana,
pasa la luz y las cosas recobran sus formas
y parece que apoyan en el suelo sus plantas.


Poco a poco, pero sin pausa
se repite la misma historia,
las cosas ocupan sus lugares de siempre,
se separan unas de otras y se revelan
adquiriendo su identidad permanente.


La calle se llena de ruidos
los pájaros cantan en el aire,
se oyen pasar los coches
y el ruido de la cisterna del vecino
dejando pasar el agua.
Los días se repite, también los detalles
solo nosotros nos mantenemos diferentes.


Las cosas regresan con la luz
sin cambiar ningún detalle,
son tan suyas y tan importantes
que vuelven con su propia sombra.


Y como siempre despierto cuando todo está hecho.
No me gusta mojarme, y como los guardianes, llego tarde;
me gusta recrearme en lo bien hecho
y nada más hermoso que un amanecer;
cuando el sol baila con las nubes
las viste de colores rojos, rosas y ocres
y la noche acaba por desaparecer.


Jecego.


Séneca nos dejó una nota que no debemos olvidar:
El tiempo se divide en tres partes:
Presente =  brevísimo.
Pasado =   cierto.
Futuro =    dudoso.


Si no quieres arrepentirte, no lo dejes pasar alegremente.