El árbol como amigo del hombre.

El árbol, como amigo del hombre.



A un árbol caído se acercó un leñador,
querido hermano le dijo: vengo a por tus huesos,
a lo que el árbol contestó: ya dejé de ser árbol
ya no doy ni frutos ni sombra, solo leña soy,
pero no me resisto a ser útil al hombre
y hasta mis postreros momentos,
quiero serle fiel y regalo, el calor de mi fuego.


Ya se fue mi primavera,
mi verde y mis flores me abandonaron,
solo veo sombras en mi futuro
y una noche larga muy larga;


si tu me llevas volveré a ser necesario
a los seres de tu raza,
aunque rompas mis huesos
o los conviertas en llamas;


y cuando solo sea fuego
podré calentar tu casa….;


No quiero ver la noche
sin luna ni estrellas,
prefiero sentir en mi cuerpo
el infierno de las centellas,
siempre que siga sirviendo
a mi amigo el hombre.


Me gustaría ver tu hogar
con mi leña bien lleno,
y sentir en el frío invierno
como arden mis huesos;
siempre que caliente los cuerpos
de tu familia, en mi fuego.


Llévame contigo mi amigo
conviérteme en llama mi hermano,
y dile al mundo, leñador querido
como es el corazón de un árbol.


Jecego.
(A mi amigo Jabo). (Y a los amigos de las plantas).