El amor se hizo nube en mis ojos.













Yo paseaba por la orilla de tu río
cuando tu cuerpo surgió de la arena,
se acercó a mis ojos y se hizo mío
y como sangre corrió por mis venas
haciéndose uno, tu cuerpo y el mío.


Quiso el amor premiarme con un beso
de tus labios que quemaban los míos;
hasta el sol envidioso trajo sus rayos
para competir con el fuego de tu río,
pero con su agua apagaste la llama
de aquel sol entrometido.


Y nos quedamos solos en la orilla
tú y yo en aquella nube de ensueños,
entre besos ardientes como brasas
en aquel mundo de voces silenciosas
en la arena de aquel río, tuyo y mío.


Solo quedó el recuerdo en la orilla
retenido por mi memoria tu embrujo,
en mis labios, el fuego de los tuyos
y en mis ojos aquella nube tuya y mía
esparcida en la arena de tu río.


Jecego.


Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse; antes al contrario, la hacen más profunda. Gustave Flauvert,

6 comentarios:

Unknown dijo...

Ummm ya echaba de menos tus poemas..

apasionados en la naturaleza...

tan intensos y sentidos..

que llegan directos al corazón..

Un beso Isidro,

buen fin de semana..

Jacque dijo...

Tua musa tem te inspirado muito... Lindo Poema, romantico... À uma estrela que caiu do céu para iluminar teus pensamentos de poeta...

Unknown dijo...

Amiga Estrella, gracias por tu comentario. Buen fin de semana.
Un abrazo. Jecego

Unknown dijo...

Amiga Jacque, gracias por tu comentario. Hay días que uno está inspirado y trata de escribir sus pensamientos. Otros días solo escribe tonterías. Un abrazo amiga, buen fin de semana. Jecego.

Flor dijo...

Que lindo, que lindo recuerdo. Recuerdos así también me gustaría tenerlos.

Isidro, cuando puedas pasa por mi blogue de Noite de Tormentas, tienes allá un regalito.

Millones de besos.
Flor

Unknown dijo...

Amiga Flor, gracias por tu visita y regalo.
Un abrazo.
No se como ponerlo en mi blog, pero lo haré como pueda. No se si te gustará, ya iré aprendiendo y lo guardaré.
Jecego.