A una mujer a la que todo le parecía poco.

Otra verdad.

Déjame asomar
al balcón de tu cuerpo
para mirar en tu ombligo
si ha dejado olvidada,
alguna huella, el tiempo.

O más allá, en la plaza
del monte perdido,
por si algún mirlo ha dejado
sus huevos en tu nido.

O más arriba
mirando desde el ombligo,
en las montañas gemelas;
algún labio perdido
de un niño hambriento
que alimentaras en tus senos.

O más allá todavía
en tu cara de luna llena,
por si queda alguna huella,
de un momento de tu vida plena;
con el amor de tu vida.

O talvez, salga algún suspiro
por tu boca de nácar cerrada,
de amores que se han ido,
como se va la vida,
sin decir ni dejar nada;
sin amores
ni rencores,
simplemente, nada,
nada.. ni adiós, nada….

Jecego.

No hay comentarios: