Dos amigas o dos luceros

Dos amigas, dos rosas, o dos luceros.



Estando en el salón de mi casa
por la puerta apareció,
una dama o un sol
que me cogió de sorpresa;
acompañada de otra dama
que como hermosa no era menos,
la Sra. Charo y la Sra. Emi,
que emulaban dos luceros.
Dos amigas entrañables
dos luceros en un solo cielo.


Fue tan grande mi gozo
verme con tanta luz,
que mi cielo que siempre fue azul
lo vi tan luminoso;
que me sentí transportado
a otro cielo más hermoso.


Es la amistad el mayor tesoro
que Dios nos ha regalado,
solo tenemos que mimarlo
y tenerlo a nuestro lado;
porque lo que Dios nos ha dado
es un tesoro universal,
que debemos conservar
en nuestro corazón bien atado.


Yo recordaré este día;
como fecha muy hermosa,
porque vi a dos amigas,
dos luceros o dos rosas
que me hicieron muy feliz.

Sus pétalos lucían radiantes
sus corazones hablaban de cariño,
sus ojos centelleaban brillo
mostrando su amistad desbordante
que llenó todo aquel mundo mío.

Jecego.

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