Para todas las Carmenes en su día.

Para todas las Carmenes del mundo.

Me gustaría poder hacer residencia
con esta poesía; de un cúmulo de felicidad,
en cada una de las Carmenes que habitan
la Tierra y de aquellas que son sus amigas;
tan humilde como mis palabras y las violetas
pero tan grande como la vida misma.

Me gustaría que estas palabras residan este día
en sus corazones, haciéndolas su residencia,
convertidas en Malagueñas en Isas y alegría
que enraícen en su felicidad, para siempre, cada día;
que mis palabras encuentren cobijo en sus corazones
y se haga eterna la felicidad en sus vidas.

Un abrazo para todas las Carmenes en su día
que mis palabras les den suerte
y que les dure toda la vida;

que sean como las violetas
humildes pero muy fuertes,
lo demás, Carmen, te lo traerá la vida.

Un amigo de todas las Carmenes
y por supuesto, de la mía.

Jecego.
De: Se equivocarme solo.

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