El silencio deja oir su voz


El silencio deja oír su voz.
11/08/08.

Cuando hablas dejas en libertad tus pensamientos.
Cuando callas oyes la voz del silencio que te habla repitiendo el murmullo de las palabras que liberaste.
Cuando escuchas, recibes el eco de tus palabras, y de otras voces que les acompañan en su viaje.
Cuando miras hacia fuera, ves el mundo con los colores que él te ofrece, y los tonos que la hora del día te da.
Cuando miras hacia dentro, puedes ver la verdad con imágenes propias, sin arreglos, sin colores, sin mentiras, tal como tú la has formado.
Cuando caminas, te abandonas a ti mismo, porque vas dejando atrás tu tiempo, tus mejores tiempos, que son tu única propiedad.
Cuando dices adiós, has dado libertad a la palabra más importante, la que lo abarca todo, la que cierra un ciclo, la que despide aquel momento y a veces, hasta la misma vida.

Entonces aparece el silencio que nos deja sin palabras, sin ecos, paralizados en el tiempo, recordando el momento antes de aquel adiós. Y caminas hacia alguna parte, casi sin mirar el camino, recogido en tu pensamiento, quizás arrepentido de pronunciar aquella palabra; pero ya no hay tiempo para recogerla, y hay que seguir caminando hacia alguna parte, oyendo su eco.
De pronto aparece tu voz que rompe aquel profundo silencio, solo humillado por tus propios pasos, diciendo: no debí pronunciar la palabra “adiós”, solo hasta luego, porque adiós, me hace muy largo el camino, que además no me llevará tan lejos....

La distancia de los tuyos no te traerá el silencio; o podría ser, que el “silencio” sea solo una palabra que se transforma en recuerdos y sean los “recuerdos” los que nos hablan, rompiendo el silencio de las palabras que se ocultan dando paso a sus ecos, a su melodía, a su ego.

Debemos creer que el pensamiento es más fuerte que la palabra y deja oír su voz más allá del silencio.

Jecego.

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