La magarza y el cardo.

La magarza y el cardo. 03/04/07.

Que cerca habían nacido
el uno del otro;
que diferente estructura
lucían sus rostro;
la magarza sus flores blancas
el cardo, tímidas flores violetas,
y unas espinas agudas
cubrían toda su cresta;
eran un pareja dispar
que aproximó la naturaleza.

Era arrogante la magarza
con sus flores enhiestas,
pregonando su hermosura
entre las otras hierbas;
que cubrían al cardo
sumido en la tristeza.

El cardo que aspiraba
a convivir con la magarza,
descubrió que no podía
con las flores de sus ramas;
que aunque su color era
seductor verde esmeralda,
la magarza lucía
muchas flores en su cara;
y él solo tenía
espinas en su espalda,
y alguna flor violeta
para ofrecer a la magarza.

Y el cardo muy triste se alejó
del circulo de la magarza,
llevando siempre consigo
las espinas en su espalda.

Jecego.

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