Oigo tu voz pero no puedo ayudarte.

Oigo tu voz pero no puedo ayudarte. 04/08/08.

Mirando a través de los cristales de mi casa
Veo como el viento abate las ramas,
Del naranjo de un jardín cercano
Que queriendo quejarse hablaba;
Y parecía decirme en silencio:
Cúbreme un poco como puedas
Del viento que rompe mis ramas,
Que yo te pagaré ofreciéndote
Mis azahares, y mis naranjas.

Pero el naranjo era de doña Petra
Y no estaba a mi alcance ayudarle,
Seguí escuchando la música
Del viento en sus ramas;
Evadiéndome de la ayuda
Que yo pudiera prestarle.

El naranjo siguió sufriendo en sus ramas
El azote del viento enfurecido,
Y el naranjo cedió al acoso
Dando por perdidas sus ramas;
Que rotas, sin vida, en el suelo,
Lloraban, lloraban y lloraban,
Porque la suerte le había abandonado
Dejando muy fea su cara.

El viento se fue, había llegado la calma,
Pero el naranjo seguía llorando,
Porque nadie le había escuchado
Cuando pidió que le ayudaran;
Ahora no podía compartir los perfumes
De su flor de azahar,
Tampoco tendría naranjas,
Porque el viento se llevó sus flores.

Y el que escuchó mi voz
Y no quiso socorrerme
Cuando el viento me azotaba,
Se quedó sin nada, como yo;
Sin perfumes, sin fruto y sin ramas;
Decía el naranjo….y yo pensaba…

Jecego.

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