Cuantos cambios de imágen tiene un día.

Hoy amaneció suave y tranquilo
apenas algunos remolinos de viento,
movían las hojas de las plantas
y sus semillas por el huerto;
talvez en otro lugar de la isla
el tiempo será diferente:
lluvia, sol, o viento
podrán estar presentes;
dando un cambio a la vida
y al comportar de sus gentes.

La vida es íntima, plural y abierta como el tiempo.

Hay días que somos tan cariñosos y expresivos,
que parecemos los personajes de una telenovela
traídos por los vientos alisios.
Pero también hay días, que somos como el perro del hortelano,
que ni come, ni dejamos comer al amo:
somos tan vulnerables como las hoja del árbol
bajo el sol ardiente del verano;
como la vela de un barco,
sin viento a su lado;
como barco sin timón
y marinero borracho;
como perro sin amo,
que a todos le mueve el rabo;
como un hijo sin madre
en el mundo desamparado;
así somos muchos humanos
cuando en la tierra no tenemos,
la sombra de un buen árbol
que nos cobije y de amparo.

Pero, hay de aquel que no repare
el timón de su barco,
y no abandone los vicios
como aquel marinero borracho;
que por no cuidar el timón
se fue al fondo con su barco.

La vida no te cambia nada
pero tú puedes cambiar tu vida.

Jecego.

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