Yo soy mi destimo.
Mi cuerpo recorre los caminos
que fueron mis senderos viejos,
buscando los recuerdos olvidados
en mis andares eternos;
confundidos con mis cantares
mis palabras y mis sueños.
Las piedras me miran al pasar
en un lenguaje que comprendo,
porque ellas son también ejemplar
forma de recuerdos, talvez su eco;
con formas de vida sin voz
o quizá la misma, vista en un espejo.
Y en su lenguaje rudo y silencioso
sin palabras ni gestos me dicen:
no busque fuera de ti, tus recuerdos
porque lo tuyo lo llevas dentro;
y es trabajo esteril y vano
perder el tiempo buscando:
fuera de tu contexto.
Los recuerdos sobreviven al cuerpo,
las palabras no se las llevan los muertos,
perviven en la mente de los vivos
y las repiten en sus recuerdos;
porque en cada uno de nosotros
hay un poco de los nuestros,
que están abriendo el camino
para nuestro viaje perpetuo,
y así poder encontrar el destino
en los límites de nuestro cuerpo.
Jecego.
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