Una nube cubrió la montaña solitaria
que en silencio se comunicaba con el sol,
y se oyó la voz del viento que dijo:
el cielo está reunido con sus estrellas
y quizá no puede oír tu voz,
inténtalo de nuevo cuando pase la nube
tal vez pueda escuchar tu clamor;
pidiendo una imagen tuya
para tus hijos, fruto del amor;
que también son sus hijos
como las estrellas y el sol.
Cuando pasó la nube por su frente
el cielo azul resplandeció,
habló el sol y dijo al mundo
yo soy también, hijo de Dios.
Jecego.
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