No te olvidaré.

Aunque pase el tiempo y arrugue mi piel;
mientras sienta por mis venas la vida;
mientras mis ojos te vean en su ida  
igual que el sol nos da luz y calienta
no olvidaré que estás en este mundo cruel.

Guardaré tu imagen en mi retina       
para que mis ojos calmen sus heridas
mirando a los tuyos, cura bendita;

y curar asi mi triste agonía, y luego,
asirme a tu pecho con pasión infinita,
al calor de tus brazos, que me invitan
a beber amor de tus labios de fuego.

No alcansaré el calor de tu cuerpo
en mi pecho helado por desamor;
se empobrece mi vida y aumenta el hielo,
que subliman mis momentos de dolor;
y termino siendo lo que no quiero:
cenizas de amor, por falta de amor.

Jecego.