Marzo, 20/08. Jueves Santo.
Un joven de Güimar, hizo de Cristo,
en una procesión cariñosamente popular.
Yo la vi así. Jecego.
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El hombre que quiso acercarnos a Cristo.
Amanece el Jueves Santo en Güimar
dominando el Valle un sol hermoso,
se ocultan las nubes en su trono
para que el sol acariciase su rostro;
y se produce el milagro sin nombre
que enseña su cara más hermosa
como insignia de amor y silencio
recogida en el sueño de un hombre.
Se vuelcan los ojos creyentes al infinito
en torno a una imagen que siendo humana,
no deja de representar a un Ser Perfecto
que dejó su historia presa en los hombres;
si la memoria es conciencia del humano
y la palabra su expresión más acertada,
la imagen es la representación física
que arranca a la memoria su voz callada.
La memoria debe ser entonces el alba
de una historia de amor y pasión,
guardada en el sol eterno del tiempo
esperando el lenguaje silente del alma;
que se asoma al Valle a contarnos su historia
la historia hermosa del hombre,
en un lenguaje sin palabras
con aromas de incienso,
con el silencio como verbo
y el amor como nombre.
Jecego.
4 comentarios:
¡ Qué hermoso relato !
Alguien que quedó como un sello de AMOR en nuestras almas: Nuestro Señor.
Y tus palabras parecen bendecidas...¡ hermosas !
Qué pases un lindo día de domingo.
Cariños de Mariana.
y se produce el milagro sin nombre
que enseña su cara más hermosa
como insignia de amor y silencio
recogida en el sueño de un hombre...
Me gustó mucho.
Abrazo. Jabo
Hermosos versos de donde se desprende que su autor es un hombre de fe profunda y sabe lo que dice, y lo dice con amor.
Un abrazo
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