Nunca es tarde si la dicha es
buena.
Cuando la ausencia se hace
luz
todos los rincones se llenan
de sombras,
todas son la misma imagen
ocluidas
en aquel rincón que las
cobija y esconden;
se miran sin verse como
siempre,
se piensan pero no se
sienten,
cada una sigue oculta en su
noche
esperando la luz que les
despierte;
y pasan las horas, los días,
el tiempo,
hasta que un momento les da
la vida;
se asoman, se miran y se ven
acompañadas
volando en alas de su
juventud perdida
en su vida de sueños, que creían olvidada.
Jecego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario