Si no hay una flor o una mujer
no hay poesía;
y pasa el tiempo en lóbrega
mortaja
frente a mis ojos,
despidiéndose
para siempre;
porque de él, solo queda la
memoria
de lo que haya grabado en mi
mente,
viendo pasar el tiempo
y pueda transmitir rompiendo el silencio
a través de la palabra;
solo quedará aquello
que haya podido retener
de lo que se llevaba el tiempo;
o de aquello que volvió
buscando a su flor o mujer.
Y el poeta se durmió
viendo pasar su tiempo,
intentando terminar su poema
que nunca terminó…..
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