Mi rosa blanca.
He visto un amanecer sin sol;
solo su luz venciendo el cristal opaco de las nubes, logra romper la noche y
entre luces y sombras me desplazo por mi jardín de ensueño, buscando aquella
rosa blanca que un día me enamoró. En mi andar se acercan muchas flores a los
bordes de las veredas de mi huerto, todas me saludan con cariño, son hermosas
como sueños; huelen a cielo y sus pétalos atraviesan mis retinas para dejar su
huella dentro de mi alma; según avanza la mañana, unas tras otras van llenando
mi pecho con sus perfumes y colores, y hasta con parte de su sabia escondida en
una lágrima y me duele el alma; mi esperanza se quema, y mi silencio habla en
mi desolación buscando, aquella rosa blanca que con una mirada se quedó grabada
en mi memoria.
Creo que hoy es en mi el
resurgir de una primavera nueva y brotará de una piedra mágica, mi rosa blanca;
y surja en mis labios una sonrisa de felicidad, viendo ante mis ojos de nuevo,
mi rosa blanca.
Jecego. Domingo 23 de octubre
de 2016.
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