Hay momentos que no vivimos.
Me asomo al patio y te
recuerdo,
abro el techo de mi
pensamiento
y te veo, te huelo, te palpo
en el ambiente
con ese sabor a ti en las
hojas de las plantas;
luego cierro los ojos y las
plantas se hacen
intensamente verdes,
las flores, rojas, blancas y
violetas
compiten con el esmeralda de
mis plantas,
y el aire se llena de su
perfume y canta
con todas sus fuerzas
quebrando su magia.
Cuando vuelvo abrirlos,
ya el tiempo se había ido,
voló
más allá de mi cuerpo,
de mis ojos y pensamiento;
estaba en la puerta de mi
cocina
mirando al patio, como
siempre,
con mi mente desnuda
mirando como pasa el viento….
Jecego.
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