Te miré, me miraste
te dije: hola
volviste a mirar y callaste,
presentí, que había grabado en ti
mi huella;
volví a mirarte
me miraste, sonreíste, callaste;
y en mi prendió la luz de tus ojos
que encendiste al mirarme;
amanecí de nuevo en otro amanecer
con el sol de tus ojos como amante;
tejiendo nubes de aire como siempre
para hacer esa cadena misteriosa que nos ate.
Así es el amor a veces de volátil,
va y viene como el viento, y se eleva, eleva, eleva
y cae, cae, cae…..
cuando se cierran los ojos y dejan de ver….
Jecego. Güimar 05 de agosto del 16.
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