Mensaje a una luz que no es del sol.
Hay dentro de mí un ruido
enorme,
sin ser de volcanes de nuestro sol,
ni de otros soles,
ni de lluvia, ni de mares, ni
del viento;
solo comprable al ruido de mi
sangre
corriendo, cuando oigo tu
nombre;
cuando crece hasta sus
límites
y adentra en la frontera de
la noche
con los cinco sentidos
alerta:
escuchando esos ruidos, sin
saber de donde
mirando a tu cara, buscando
tus soles…
de la constancia de mirarte
veo destellos de luz sobre mi
océano;
luz y sombras sobre mis aguas, de tus soles,
que me miran y desgarran mi
piel
para quedarte en mi de forma
insomne;
preciosa luz, mi mirada no se
aparta de ti,
parece un amanecer
que se acerca más y mas a la
penumbra
hasta borrarla de la noche;
o quizá sea el bullicio del
viento
que viene de mi bosque
cargado de luz buscándome,
quien sabe para qué….ni donde....
Jecego. Domingo 04 de
septiembre del 16.
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