Hoy
he visto arder al sol.
Hoy he visto arder al sol
diferente,
sé que está tramando quemar
mi tierra
mis bosques, mis parras y mis
ciruelos;
no quiere dejar nada a parte
de cenizas
esparcidas a la raíz de sus
llamas
de lo que es mío y nuestro,
regalo del cielo.
Cuando lo útil de vida se
queme,
solo quedarán escombros
esparcidos
sobre la tierra quemada;
no habrá nada ni nadie que lo
recuerde
salvo alguna piedra con
trazas de llama,
en un mundo sin vida, sobre
las brasas del sol
que ardió con sus propias
llamas;
que pena debe ser verse sin
vida
quien en la suya y en su
tiempo,
fue fuente de vida, de todas
las vidas
cualquiera que fuera su masa
por dentro.
Jecego.
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