Dios, acuérdate de mí.
¿De qué escribo hoy que no
hay sol, ni lluvia ni cielo?.
Bien, será que Dios me
olvidó por algo que no sé,
y qué en su reino además de
su voz, hay otra que reparte,
que nos juzga, uno a uno, y
se olvidó de mi,
y de mandarme mi parte de
todo?, no lo sé, pero estoy
sin sol, ni lluvia, ni
cielo, sin rostro, perdido sin ti.
O es que, siendo como soy,
no tengo derecho a tu luz,
tampoco a escribir porque no
veo,
ni a beber de tus aguas,
porque no llueve
ni ver tu cielo, porque lo
cubres de nubes?.
Siendo tu hijo, rebelde o
no, sigo siéndolo
y tienes que quererme como
soy;
todas las ramas de un árbol
son diferentes
y viven del mismo tronco,
unidos, sin saberlo.
Tú le das tu luz a unas
pocas ramas
pero ellas lo comparten todo
como hermanas;
eso es lo que a mí me falta; que alguien me dé
ese poquito de sol, de
lluvia y de cielo, mañana.
Para poder escribir, y
aunque sin verte
saber que estas cerca de mí,
por tu luz
alumbrando mi mente….
con tu recuerdo azul....
con tu recuerdo azul....
Jecego. Ma rtes 12 de abril del 16.
No hay comentarios:
Publicar un comentario