Como llegue a estudiar Practicante.


Como llegué a estudiar Practicante, solo con la voluntad de serlo.

A los 12.6 años empecé a trabajar en la farmacia Roda Vera, y cuando salía iba a clases con doña María de la Paz Rodríguez en su casa en el Calvario, hasta los 14 años; seguía en la farmacia y aprovechando que muchas alumnas del colegio de Nazaret pasaban por allí a pesarse, les rogué me dieran sus apuntes para yo estudiar bachiller como ellas; se rieron y aceptaron mi ruego y a partir de ese momento, sobre la 1.15, llegaban todas con sus apuntes; yo me los estudiaba y les preguntaba lo que no entendía; por otro lado, mi amigo Pablo Hernández, tres años mayor que yo, ya era un experto en matemáticas, física y química y también me ayudó en todo lo que pudo; aquí había un Instituto, pero no me examinaban porque no estaba matriculado, y como yo no podía asistir a clases por estar trabajando, no podía examinarme, pero en el Instituto de Santa Cruz, si podía hacerlo; aunque estaba asustado, en septiembre, me presenté a los exámenes; hice ingreso, primero, segundo y tercero, además de anatomía y fisiología de cuarto, satisfactoriamente.
Entonces, quise hacer Aparejador y me presente dos veces en la Escuela de San Fernando en La Laguna, (sin dejar de trabajar), y me suspendieron las dos veces.
Luego tuve la suerte de conseguir hacer prácticas en el Hospital de Santa Cruz y conseguir mis dos años de prácticas; estudiando libre, un día de septiembre, me colé de polizón en un barco llamado Domine y fui a Cádiz a examinarme del primer año, que aprobé;  vine a casa, también de polizón en el Ciudad de Valencia;
Luego fui al cuartel en Sidi Ifni, A.O.E.; fui premiado por el coronel por un trabajo que hice allí, con un mes de permiso, vine a casa y como era época de exámenes en Cádiz; otra vez me metí de polizón, esta vez en el vapor Darro, y me examiné del segundo, también aprobé holgadamente, los exámenes de Practicante en Medicina, Cirugía y Partos. Volví a la Farmacia donde trabajé hasta irme a Venezuela y alternaba los dos trabajos; eso ya será otra historia, que si no les aburre, les contaré en otro momento.
Un abrazo. Hasta luego.


Isidro Jesús Cedrés González.

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