Mirando al mar desde mi Isla.
Toda la mar era azul celeste
que empezaba a presentarse
ondulada
como un desierto de dunas;
sobre la cresta de las olas
cabalgaban
trozos del cielo entre la espuma
blanca
creando un cuadro de enorme
envergadura;
se me pasaron las horas,
mientras miraba
mis ojos iban y venían con
las olas
hasta el punto que creí que
lloraba, cuando reía,
viendo a las olas tan
divertidas en su vaivén
revolcándose en la arena de
la playa,
mientras las rocas le
esperaban para calmarlas.
Aquí, en esta orilla de ti,
me sentí roca
y miraba a la arena desde
arriba;
quise hacerme día y me
sorprendió la noche
y no pude ver como acabo aquel milagro
que Dios había puesto ante
mí, y yo miraba;
eras tú mi Isla que mirabas
al mar, y yo te miraba.
Jecego.
1 comentario:
Que hermosa es nuestra Isla y que bonita descripción de ella. Un abrazo .
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