Mientras tu estas volando
por encima de los
alisios,
esperando te poses,
un momento;
hablando con el aire,
con el silencio,
con la nube que pasa
con el viento,
con la memoria de tu
aliento fresco
yo te siento fuera de
mi espacio, lejos.
Déjame ser fuego,
llama o aliento
tuyo; pero no me
dejes sentir el frío
que trae el desamparo
de un amor muerto;
déjame tu fuego, tu
llama, tu aliento, tu ego,
ser la leña de tu
fuego, hasta que este volcán se apague,
o deje de ser Teide,
en los límites del tiempo.
Quiero volver a la
tierra, ser barro ungido
sentir con los cinco
sentidos; existir,
volver a ser yo mismo
en este cuerpo que tengo;
ser sol, ser memoria
y sentir como siempre he sentido;
aunque te vayas lejos,
fuera de mi camino, volando
como las notas en el
aire, buscando su mejor sentido.
Déjame ser la leña de
tu fuego
tu sol, tu alisio y
tu cielo.
Jecego.
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