La vida es un
día y una noche, siguiéndose.
Se está desintegrando el día
y la noche trae su universo a cuesta;
se queda sin voz y callaría
si no fuera que se asoman las palabras,
que llaman a la mañana con sones nuevos,
nubes grises, un sol rojo y un alba
blanca.
Todo lo que nace muere,
todo vuelve a ser lo que era, nada;
todo lo visible es tierra, o fruto de ella,
si lo cuidas, perdura un tiempo
pero si le falta agua, atención, o amor
se pierde como el día cada noche.
La noche se pierde en el alba,
el amor, cuando una letra le falta;
todo se convierte en una noche larga
en una pena baldía llena de vacío,
en un sueño que no acaba cuando llega el día
y se prolonga en un tiempo que no cuenta nada.
Los días son: unos buenos y otros malos,
no siempre son como quisiéramos que fueran,
pero son nuestra vida y debemos cuidarla;
de nosotros depende, vivírla en casa, cada día,
o perdernos en la noche de un sueño, buscándola.
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