Hablaba con mi sombra
mientras caminaba
y estaba la bóveda del cielo
abierta;
cuando se cerró, se fue mi
sombra y quedé solo
en el más oscura silencio y
sin palabras;
ellas estaban dentro de mí,
despiertas,
pero no se asomaban, tenían
miedo a la noche
y al viento que pasaba,
gritando en las ramas
de mi pensamiento en un
rincón de la sala;
no podían salir sin la orden
que yo les daba
y no pensaba dársela; me
sentía su protector
y temía por su seguridad en
esa noche larga,
donde el pensamiento y la
palabra se divorcian,
por falta de luces, que
confundieron con el sol.
y antes que volviera la luz y
se borrara la noche,
salí a la puerta, al
amanecer, para ver mi sombra
y seguír hablando con ella, y
caminamos juntos
mientras daba libertad a mis
palabras
en el mundo nuevo, de un
nuevo día, con mi sombra.
Y seguimos hablando…….de nada...
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