Nuestro encuentro fue causa de un paso.
Un paso sin dirección
sin destino acaso,
hizo encontrarse a nuestro ojos
y abrigar en nuestros pechos
un atisbo de ilusión
Un torbellino de sangre alborotada
corrió por mi venas hirviendo,
quemándome por dentro de gozo
y halagando mi piel tan necesitada.
Para amarte no necesito ayuda
con mi sangre tengo suficiente;
lo demás es mirarte a los ojos
y dejar que mis labios te hablen;
que mis brazos te atrapen
y que la tuya y mi piel se hablen.
Préstame tu mirada
para entrar dentro de ti y mirarte;
el resto lo hará mi corazón
abrigándote;
vuelve hacia mi tu mirada
y mira cálidamente a mis ojos
2 comentarios:
Veo que sigues en forma, y tus poemas tienen vida. Me ha gustado esto del paso y la mirada. Bss poeta
¡Hola Isidro!!!
Nos dejas un precioso poema que habla de amor, de ese amor tierno y sincero. No te conozco personalmente pero tus letras me dicen que eres un gran hombre con un gran talento y talante.
Un abrazo grande y quiero saberte bien, aunque los años nos achuchen un poco-.
Se muy muy feliz.
Publicar un comentario