Solo soy tu sombra.
Cambio de rumbo.
Descanso en tu pecho.
Cierro la puerta y nos quedamos
dentro.
Nos miramos a los ojos y
callamos.
Y una nube de pensamientos
enmarañados
empiezan a desenredarse;
volvimos a mirarnos
y nos perdimos buscando la
puerta del cielo;
y nos quedamos, en esa noche oscura, que
creamos
entre ciegos, sonámbulos, o
dormidos
hasta que llegó el sol a ayudarnos
despertamos y sumidos,
en un beso muy largo nos quedamos
hasta que un nuevo día vino a
despertarnos.
Abrimos la puerta y vimos allá,
un horizonte perdido
entre nubes policromas bailando
y un sol abatido que cantaba;
y un sol abatido que cantaba;
y nos fuimos de nuevo
a soñar,
dentro de aquel sueño
divino, soñando que soñaba.
Cuando se disipe mi sombra
seguiré a pié, buscando la tuya.
Jecego.
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