Inventar para mentir.
Inventar para mentir
que memoria hay que tener
para hacer creer lo que se quiere ocultar;
¡¡cuanto hay que imaginar y
retener
para en un momento improvisar
y en el tiempo mantener!!;
mísero placer es jugar a más de una carta,
pues como la mariposa deja su huella al volar,
las palabras también la dejan inconcientemente
cuando hablan y justifican aquel algo
que estaba en la mente; olvidado;
la rosa deja su perfume,
de rosa,
el relámpago su luz, en la imagen del rayo,
el silencio genera silencio, pausas, vacío
y el amor, amigos, éste, genera de todo;
palabras difíciles de enhebrar en un momento
en ese collar que quisiéramos mostrar
y fuera leal amigo nuestro;
y muere sin llegar a su meta, en el camino,
aún creyendo que logró su intento.
El capirote canta en la higuera cuando hay higos,
pero cuando no los hay y se va;
la rosa deja su perfume y se pierde en el aire
y el que inventa se
pierde en el silencio
que le envuelve…
No se puede jugar con varias cartas a la vez
sin dejar huella en alguna parte;
he aprendido con el viento que reparte
sus fuerzas en los árboles abrazando a muchos a la vez.
Jecego.
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