Mi memoria no descansa.
Cuando llegó el viento se sentó a mi lado
y los dos veíamos pasar el tiempo
entre los cardones de mi cuerpo,
pensamos que algo pendía de sus espinas
y en el corazón de sus pencas guarda su sabia
con lo mejor de mí, sus besos y mis sueños.
Mientras algún pájaro saltaba de penca en penca
recordándome que la vida es solo aire,
y se va volando sin avisarme, como su canto,
a su casa oculta en las cuevas del viento.
Luego subimos a la Montaña
soltamos los lazos que lo unían a mi memoria
y dejé que volaran hasta donde está ella…
Jecego.
2 comentarios:
La memoria nunca descansa, nos evoca a cada instante miles de recuerdos que nos dan fuerzas para seguir caminando en la vida.
besos
Amiga Ilesin; creo que la memoria es la razón que nos dice cuanto hemos vivido ni como; por ello, cuando la perdemos, ya no sabemos si vivimos, Un abrazo. Jecego,
Se me fué la luz,,
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