Practicante en medicina y cirugía menor. Isidro Jesús Cedrés González.


MARTES, 15 DE MAYO DE 2012

Reseña histórica sobre los practicantes



Foto del día internacional de la enfermería con practicantes titulados en 1944

"Celebramos hoy la conmemoración del 150 aniversario de la denominación oficial del título de Practicante en Medicina y Cirugía del hasta entonces llamado Ministrante y Médico Práctico, citado ya desde los tiempos de Hipócrates, el "Padre de la Medicina" y de Galeno, médico griego que ejerció en Roma, cuatrocientos y doscientos años, respectivamente, antes de Cristo.

Como estamos viendo, los verdaderos orígenes de nuestra profesión son tan antiguos que se pierden en la noche de los tiempos. Ya aparecemos citados como ayudantes médicos en la "Iliada" y en la "Odisea", de Homero, en torno al siglo VIII a. de C. Así que piensen ustedes si es vieja nuestra profesión. También se nos denominó en la antigüedad cirujanos menores Romancistas o de toga corta, cuando los médicos se denominaron cirujanos mayores, latinistas o de toga larga.

Ya muy posteriormente, aquí en España, el rey don Pedro IV de Aragón, llamado "el Ceremonioso", dicta una R. O. de 1354 obligando a toda expedición marítima a llevar por cada galera un ayudante médico, y los Reyes Católicos, posteriormente, dictan normas sobre las atribuciones de los cirujanos sangradores, que fue otra de las denominaciones de esta vieja profesión, tan pródiga en cambio de nombres. Al final del siglo XVI, la Compañía Holandesa de Navegación pide a su Gobierno la creación de una carrera corta de Medicina y Cirugía (practicantes) para ejercer no sólo en el mar, sino en las poblaciones rurales donde no hubiese médico.

De nuestro antecesor, el ministrante, guardamos una anécdota que nos enorgullece, que el padre del Príncipe de las letras, Miguel de Cervantes, ejerció de Ministrante en Alcalá de Henares, donde puede visitarse su casa y consulta, conservadas como museo. Don Rodrigo de Cervantes, que así se llamaba, ejerció después de 1547 en Valladolid y finalmente en Madrid.

Y ya en el reinado de Isabel II, allá por los años 1857, se crea la cerrera de Practicante en Medicina y Cirugía, potenciada posteriormente por RR.DD. de 26-4 de 1901, 31-1 de 1902 y 10 de agosto de 1904, confiriéndosele la facultad de la asistencia a partos normales. El practicante es ya un profesional liberal que se prodiga tanto en el ámbito hospitalario como en el privado, cotizando a Hacienda y atendiendo a sus clientes en su propio despacho, de igual forma que se desenvuelve su superior inmediato, el médico.
Nuestra profesión de practicante abarcó lo que hoy es materia de tres carreras: la Cirugía Menor, la Podología y la Fisioterapia, practicando además la anestesia y la extracción dentaria hasta que los médicos tuvieron acceso a estas especialidades.

El paso del tiempo ve surgir las grandes figuras profesionales de la clase: Rafael Fernández Carril, presidente de la Federación Nacional antes de instaurarse la colegiación obligatoria, orador eminente y culto, que fue gobernador civil de Soria y más tarde de Huesca, allá por los años 30 del pasado siglo; José Blanco Novo, que llegó a general de la Guardia Civil, impartió clases en la Escuela de Medicina Legal y fue presidente honorario del Colegio de Practicantes de Asturias José Bacorell, que fue coronel del Ejército, delegado del Gobierno en las plazas de soberanía del norte de África y también presidente honorario de su colegio de practicantes; el señor Villar Palasí, que ejerció nuestra profesión en Valencia, hombre estudioso y culto, hizo después otras carreras y fue ministro de Educación y Ciencia en uno de los gobiernos del anterior régimen. Esa fue nuestra carrera, de la que nos sentimos orgullosos: Ella produjo gobernadores, generales, ministros y políticos de altura. Aquí mismo, en nuestras islas: calles, monumentos, nombramientos de Hijos Adoptivos y Predilectos, y homenajes múltiples nos han sido pródigamente concedidos.

Y como tengo el compromiso formal de no rebasar el contenido de un folio, tengo que poner punto final, dejando muchos folios en el tintero. Pero eso sí, al margen ya del folio que me encargó mi buen amigo y compañero en las armas de la profesión y de la pluma, Carlos Díaz Cejudo, quiero enviar mi más cordial saludo a todos los compañeros que pasaron por la vida desbridando abscesos, operando quistes sebáceos, haciendo punciones y cateterismos, canalizando venas difíciles y dando puntos en vez de quitarlos, como hace ahora Tráfico en los carnets de conducir. Para todos, mi más cariñoso abrazo y muchas gracias por su atención".

Miguel Hernández de L. Muñoz publicó esta reseña histórica 
en el periódico El Día, en Tenerife el 1 de agosto de 2006.

2 comentarios:

Katy dijo...

Creí que me había equivocado de blog:-) Hoy en vez de versos me encuentro con una interesante reseña sobre la historia de los practicantes en el devenir de la historia de la medicina. Enhorabuena por tu trabajo a lo largo de tu vida y por esta magnífica reseña.
Bss

Unknown dijo...

Amiga Katy, aún con los ojos medio cerrados, y antes de partir para el Hospital y como siempre encontré un mensaje, el tuyo.
Trataré de poner mi foto en el lugar que ocupan dos persona que no son de la época y están incluidas en la que presenta el escrito.
También llamaré al Colegio para que me digan cual fue la razón por la que yo, colegiado numero 258 de ese colegio, no fui invitado a esa reunión de la que me enteré al verla publicada en Google mientras buscaba a un compañero que conocí en Sidi Ifni mientra hacía el servicio militar.
Isidro.