Solo salgo por la mañana o por la tarde
la noche y el medio-día no tienen sombras,
me gusta mirarme en el espejo que llevas
y es mi espejo la sombra que dejas, en mi calle.
Mirarte y mirarme es mi trabajo perenne
al sol de la mañana o también de la tarde,
eres luna de mi espejo, tierra de mi calle,
flor de mi jardín y perfume de mi aire.....
Pero llega la tarde gris, fría y sin alma
a romper la sombra de tu talle y se la lleva
calle arriba o calle abajo rompiendo mi espejo.
Me quedo ciego mirando a la tierra, vacía de todo,
mientras mi mirada se pierde recordando aquella
imagen que tu espejo me brindaba, y me quedo solo...
Mirando la sombra que dejaste en mi calle.
Jecego.
3 comentarios:
Lo has bordado, eso de ser espejo tiene que ser una maravilla, pero luego como dices también se desvanece.
Que se te arregle lo Google:-) Ya sabes estos son los inconvenientes de la técnica.
Buen finde
Son las tres de la tarde aquí en Canarias, acabo de llegar de ver a mi señora, sigue igual; tiene fiebre nueva, desde ayer, pero ya empezaron a combatirla. El ordenador está remendado de momento, me dieron la receta por teléfono y está funcionando por unos días.
Gracias por tu visita y comentario. Buen fin de semana, señora abuela. Un abrazo. Isidro.
Escribes de lo más bello, seguro el corazón de Carmen lo lee, te mando todo mi cariño
Publicar un comentario